En el contexto de la crisis económica causada por la pandemia del COVID-19, los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) se han convertido en una medida clave para evitar despidos masivos en numerosas empresas. Sin embargo, a partir del 1 de octubre, se producirá un cambio significativo en la forma en que se gestionan estos expedientes. En este contenido, exploraremos en detalle cómo el ERTE consumirá paro a partir de esta fecha y las implicaciones que esto puede tener para los trabajadores y las empresas.
Días de paro reducidos por ERTE
Los días de paro reducidos por ERTE son aquellos en los que los trabajadores afectados por un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) pueden solicitar y recibir una prestación por desempleo.
Durante los días de paro reducidos, los trabajadores no están obligados a trabajar, pero tampoco están en situación de desempleo total. En cambio, reciben una prestación económica por parte del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) que les ayuda a compensar parte de la pérdida de ingresos debido al ERTE.
Es importante destacar que los días de paro reducidos no son aplicables a todos los trabajadores afectados por un ERTE. Solamente aquellos que cumplan con ciertos requisitos establecidos por la legislación laboral y que estén incluidos en el expediente podrán beneficiarse de esta medida.
El número de días de paro reducidos a los que tiene derecho cada trabajador depende de la duración del ERTE y de las condiciones específicas establecidas en el expediente. Estos días pueden ser consecutivos o distribuidos a lo largo de un periodo determinado, según lo acordado entre la empresa y los representantes de los trabajadores.
Durante los días de paro reducidos, los trabajadores también pueden tener la posibilidad de realizar acciones formativas o de reciclaje profesional, con el objetivo de mejorar sus habilidades y aumentar sus posibilidades de encontrar empleo una vez finalizado el ERTE.
Es importante destacar que los días de paro reducidos por ERTE no son lo mismo que los días de vacaciones o los días de descanso establecidos por convenio colectivo. Los trabajadores en ERTE no pueden disfrutar de sus vacaciones durante el periodo de suspensión de empleo, ya que están en una situación especial y no están trabajando ni en situación de desempleo total.
Paro: ¿Qué ocurre con los ERTE?
En el contexto del paro, los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) son una herramienta utilizada por las empresas para suspender temporalmente los contratos de trabajo o reducir la jornada laboral de sus empleados. Esta medida se implementa cuando la empresa atraviesa dificultades económicas, técnicas, organizativas o de producción que le impiden mantener la normalidad en su actividad.
Durante la pandemia de COVID-19, los ERTE se han convertido en una medida ampliamente utilizada debido a la paralización de numerosos sectores económicos. El objetivo de los ERTE en este contexto es proteger el empleo y evitar despidos masivos, permitiendo a las empresas suspender temporalmente los contratos de trabajo o reducir la jornada laboral de sus empleados mientras dure la situación de crisis.
Una de las principales características de los ERTE es que los trabajadores afectados por esta medida no pierden su empleo, sino que se encuentran en una situación de suspensión temporal o reducción de jornada.
Durante este periodo, los trabajadores pueden acceder a prestaciones por desempleo, que son gestionadas por el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE).
En cuanto a los efectos económicos de los ERTE, cabe destacar que el SEPE abona a los trabajadores una prestación por desempleo equivalente al 70% de la base reguladora de la cotización por desempleo durante los primeros 180 días, y al 50% a partir del día 181. Además, durante la vigencia del ERTE, los trabajadores no acumulan días de cotización a efectos de la prestación por desempleo.
Es importante tener en cuenta que los ERTE tienen una duración determinada y que, una vez finalizado el periodo establecido, los trabajadores deben reincorporarse a su puesto de trabajo en las mismas condiciones anteriores al ERTE. Sin embargo, en algunos casos, las empresas pueden optar por llevar a cabo un despido objetivo si las circunstancias que motivaron el ERTE persisten y afectan de manera irreversible al empleo.
Como consejo final para una persona interesada en el ERTE que consumirá el paro a partir del 1 de octubre, te sugiero lo siguiente:
Es fundamental que te mantengas informado y actualizado en todo momento sobre las condiciones y las etapas del ERTE en el que te encuentras. Esto te permitirá tomar decisiones informadas y planificar tu futuro laboral de manera más precisa.
Además, te recomendaría que aproveches este tiempo de inactividad laboral para mejorar tus habilidades y conocimientos. Puedes buscar cursos, talleres o capacitaciones en línea que te ayuden a adquirir nuevas competencias o perfeccionar las que ya tienes. Esto te hará más competitivo/a en el mercado laboral una vez que el ERTE finalice y tengas que buscar empleo.
No olvides también mantener una actitud positiva y perseverante. La situación actual es temporal y con esfuerzo y dedicación podrás superar cualquier obstáculo que se presente en tu camino. Utiliza este tiempo para reflexionar sobre tus metas profesionales y personales y traza un plan de acción para alcanzarlas.
Recuerda que el ERTE es solo una etapa transitoria y, aunque pueda generar incertidumbre, no debes perder la esperanza. Mantén una mentalidad abierta y flexible, considerando otras oportunidades o alternativas laborales mientras esperas a que se resuelva tu situación.
Finalmente, no dudes en buscar apoyo y orientación en las instituciones y organismos competentes, como el SEPE (Servicio Público de Empleo Estatal) u organizaciones sindicales. Ellos podrán brindarte información y asesoramiento personalizado para enfrentar esta situación de la mejor manera posible.
¡Mucho ánimo y éxito en tu camino!