En el mundo empresarial, es fundamental comprender los diferentes niveles de oferta de un servicio o producto para poder satisfacer las necesidades y expectativas de los clientes. Los cuatro niveles de oferta son una estrategia que permite a las empresas diferenciarse y destacarse en un mercado competitivo.
El primer nivel de oferta es el nivel básico, que se refiere al producto o servicio en sí mismo. Es la funcionalidad o beneficio principal que ofrece al cliente, es decir, lo que el cliente espera recibir al adquirir dicho producto o servicio. Por ejemplo, si estamos hablando de un teléfono móvil, el nivel básico sería la capacidad de realizar llamadas y enviar mensajes.
El segundo nivel de oferta es el nivel esperado, que se refiere a las características y beneficios adicionales que los clientes esperan recibir al adquirir el producto o servicio. Estos beneficios pueden incluir una mayor durabilidad, un diseño atractivo o una garantía. Continuando con el ejemplo del teléfono móvil, el nivel esperado podría incluir una cámara de alta calidad y una larga duración de la batería.
El tercer nivel de oferta es el nivel ampliado, que se refiere a los beneficios y servicios adicionales que la empresa ofrece para superar las expectativas de los clientes. Estos beneficios pueden incluir atención al cliente las 24 horas del día, envío gratuito o descuentos exclusivos. Siguiendo con el ejemplo del teléfono móvil, el nivel ampliado podría incluir la posibilidad de personalizar el dispositivo con fundas y accesorios únicos.
El cuarto nivel de oferta es el nivel potencial, que se refiere a las innovaciones y mejoras futuras que la empresa puede ofrecer para mantenerse relevante en el mercado. Este nivel implica estar a la vanguardia de la tecnología y anticiparse a las necesidades de los clientes. Por ejemplo, en el caso del teléfono móvil, el nivel potencial podría incluir el desarrollo de nuevas aplicaciones y funciones avanzadas.
4 niveles de producto: ¿Cuáles son?
Los 4 niveles de producto son una estructura que se utiliza para describir los diferentes aspectos de un producto. Estos niveles ayudan a comprender y analizar las características y beneficios que ofrece un producto a los consumidores. Los niveles de producto son:
1. Producto básico: Es el nivel más básico de un producto, se refiere a la función fundamental que cumple. Es decir, el beneficio principal que el consumidor obtiene al adquirirlo. Por ejemplo, un producto básico de un teléfono móvil sería la capacidad de realizar y recibir llamadas.
2. Producto real: En este nivel se añaden características y atributos físicos al producto básico. Se refiere a las características tangibles que hacen que el producto sea más atractivo y útil para los consumidores. Por ejemplo, en el caso de un teléfono móvil, el producto real incluiría la pantalla táctil, la cámara, el sistema operativo, entre otros.
3. Producto aumentado: En este nivel se agregan elementos adicionales al producto real para ofrecer un mayor valor al consumidor. Estos elementos pueden incluir servicios de postventa, garantía extendida, asistencia técnica, entre otros. Por ejemplo, en el caso del teléfono móvil, el producto aumentado podría incluir un servicio de atención al cliente las 24 horas del día.
4. Producto potencial: Es el nivel más alto de los niveles de producto y se refiere a las expectativas futuras y a las posibilidades de mejora del producto. Se trata de las innovaciones y mejoras que se pueden realizar en el producto para seguir satisfaciendo las necesidades cambiantes de los consumidores. Por ejemplo, en el caso del teléfono móvil, el producto potencial podría incluir la implementación de tecnologías avanzadas como reconocimiento facial o carga inalámbrica.
Niveles de productos y servicios: ¿cuáles son?
En marketing, los niveles de productos y servicios se refieren a las diferentes capas o dimensiones de valor que ofrece un producto o servicio a los consumidores. Estos niveles son importantes para comprender cómo los consumidores perciben y evalúan los productos y servicios, así como para diseñar estrategias de marketing efectivas.
1. Nivel básico: Este es el nivel más fundamental de un producto o servicio. Se refiere a los beneficios centrales o necesidades básicas que satisface. Por ejemplo, el nivel básico de un automóvil sería el transporte o movilidad.
2. Nivel esperado: Este nivel se refiere a las características y atributos que los consumidores esperan que un producto o servicio tenga. Estas expectativas se basan en las normas y estándares de la industria. Por ejemplo, en el caso de un automóvil, los consumidores esperan que tenga un motor confiable, buena eficiencia de combustible y características de seguridad básicas.
3. Nivel aumentado: Este nivel implica agregar características y beneficios adicionales que exceden las expectativas del consumidor. Estas características adicionales pueden diferenciar un producto o servicio de la competencia y generar mayor valor para el cliente. Por ejemplo, en el caso de un automóvil, características como sistema de navegación, asientos de cuero y tecnología de vanguardia se considerarían un nivel aumentado.
4. Nivel potencial: Este nivel implica el potencial de innovación y mejora futura del producto o servicio. Incluye características y beneficios que aún no existen en el mercado, pero que podrían agregarse en el futuro para satisfacer las necesidades cambiantes de los consumidores. Por ejemplo, en el caso de un automóvil, características como conducción autónoma y propulsión eléctrica podrían considerarse un nivel potencial.
Es importante destacar que estos niveles no siempre son aplicables a todos los productos y servicios. Algunos productos o servicios pueden tener menos niveles, mientras que otros pueden tener más. Además, los niveles pueden variar según la industria, el mercado objetivo y las preferencias del consumidor.
Mi recomendación final para alguien interesado en los cuatro niveles de oferta de un servicio o producto es que se enfoque en comprender y satisfacer las necesidades y deseos de sus clientes en cada nivel.
En primer lugar, es importante que entiendas las características y beneficios específicos de tu producto o servicio. Esto implica conocer a fondo sus características técnicas, su calidad, su diseño y cualquier otro aspecto que lo distinga de la competencia. Cuanto mejor comprendas tu oferta, más podrás comunicar de manera efectiva su valor a los clientes potenciales.
En segundo lugar, debes considerar los aspectos tangibles de tu oferta. Esto incluye el empaque, la presentación física y cualquier elemento material que forme parte de la experiencia de compra. Presta atención a los detalles y asegúrate de que estos aspectos tangibles refuercen la imagen y calidad de tu producto o servicio.
En tercer lugar, no te olvides de los aspectos de servicio asociados con tu oferta. Esto implica ofrecer un excelente servicio al cliente, tanto antes como después de la venta. Asegúrate de brindar una atención personalizada, resolver cualquier duda o problema de manera rápida y eficiente, y buscar constantemente formas de mejorar la experiencia del cliente.
Por último, el cuarto nivel de oferta se refiere a los aspectos simbólicos o emocionales. Aquí es donde debes conectar emocionalmente con tus clientes, creando una identidad de marca sólida y generando una experiencia única. Esto puede lograrse a través de estrategias de marketing efectivas, como contar historias poderosas, asociar tu marca con valores positivos o crear una comunidad en torno a tu producto o servicio.
En resumen, al enfocarte en estos cuatro niveles de oferta, podrás desarrollar una estrategia integral que te permitirá diferenciarte en el mercado y brindar valor a tus clientes. Recuerda siempre estar atento a las necesidades cambiantes de tus clientes y adaptar tu oferta en consecuencia. ¡Buena suerte en tu negocio!